Rubio, el perrito que supo recorrer las calles de Puerto Madero para buscar amor y comida, ya tiene una nueva vida. Todo gracias a Olivia, la azafata alemana que lo adoptó y se lo llevó a vivir a Europa. Ahora el animal ya no sufre, todo lo contrario, está rodeado de «amigos» que le brindan cariño.
La nueva vida de Rubio. La historia que hizo emocionar a todos los amantes de los animales tiene un nuevo capítulo. El perrito callejero más conocido de Argentina ya no sufre la indiferencia ni el hambre. Ahora tiene una nueva vida. Ahora es realmente feliz.
A principios de agosto se supo la tierna historia de Olivia Sievers, una azafata alemana que adoptó a Rubio, un perrito callejero argentino que conquistó su corazón.
Según contó la alemana, cada vez que llegaba a Argentina por trabajo (volaba una vez por mes al país), se alojaba en el hotel Hilton de Puerto Madero, y siempre se encontraba con la misma sorpresa: en la puerta la esperaba Rubio.
Como buena amante de los animales, la azafata siempre le alcanzaba alimentos y le daba afecto. Fue tal el vínculo que se generó entre la joven y el animal, que Olivia se contactó con «Mascotas Puerto Madero» para encontrarle un hogar a Rubio. Y lo logró: el perro dejó las calles frías y la indiferencia para entrar a un lugar calentito donde le hacían mimos y le brindaban cariño.
Pero la última vez que viajó la azafata a la Argentina, cambió de opinión. Es que Rubio, quien estaba cómodo en el refugio, decidió escaparse y aparecer en la puerta del Hilton. Tanto fue el asombro de la alemana que no lo dudó: el viernes 5 de agosto firmó los papeles correspondientes, colocó al animal en un canil y se lo llevó a vivir a Friesland, un distrito rural ubicado a 280 kilómetros al oeste de Hamburgo.