Fue Carlos Ayala, organizador de las carreras de galgos quien encontró el banco en el predio del Inambú y se lo devolvió a su dueña la señora Mery Falistoco.
Aparentemente se habrían llevado el banco para tener un lugar donde sentarse a ver las carreras de galgos; y una vez finalizado el evento, lo dejaron abandonado.
Mery Falistoco agregó que una vez finalizada la carrera, el señor Carlos Ayala se puso a acomodar el predio y se encontró con un banco solitario y abandonado. Lo cargó a la camioneta y lo trajo hasta Marcos Juárez.