
Un descubrimiento de científicos rosarinos puede poner fin al avance de las superbacterias que desde hace tiempo tienen en vilo a la comunidad médica internacional. La investigación es llevada a cabo por el laboratorio del Instituto de Biología Molecular de Rosario (IBR-Conicet-UNR). PANORAMA dialogó con Alejandro Vila científico rosarino del Instituto de Biología Molecular.
Se trata de un grupo que se encuentra trabajando desde hace 20 años en los mecanismos de resistencia de las bacterias a los antibióticos.
Este descubrimiento fue detectado por casualidad y pudo ser explicado y avanzar porque hacía casi 20 años que estábamos trabajando en el tema y teníamos las herramientas y conocimiento.
Las llamadas superbacterias son resistentes a prácticamente la totalidad de los antibióticos comerciales y este es un problema muy serio ya que significa que no hay terapias disponibles si hay personas infectadas.
Las bacterias nos infectan y atacan y las combatimos con antibióticos y como van mutando y evolucionando, desarrollan sus armamentos para destruir a los antibióticos.
Una de las herramientas que tienen es una proteína que están en las bacterias y destruyen todos los antibióticos. La enzima que destruye los antibióticos se llama NDM y está anclada a la membrana de la pared celular y desde allí envía vesículas de grasa (como bolitas que transportan NDM) al exterior de la célula.
Esto es lo que ayuda a frenar la acción de los medicamentos pero además el contacto de esas bolitas con otras bacterias y las convierte también en resistentes a los antibióticos multiplicando su efecto.
La buena noticia es que existe un compuesto químico (globomicina) que sirve para evitar que la NDM sea expulsada en las vesículas. Esto quiere decir que si bien no se puede evitar la resistencia a los antibióticos, pero si que se disemine a nuevas bacterias y evitar la multiplicación.
La detección temprana puede corregir la terapia y en vez de un determinado tratamiento se puede focalizar en una familia de antibióticos y con un diagnóstico precoz se pueda salvar vidas.
Con este descubrimiento mundial se da un paso crucial de cara al desarrollo de nuevos antibióticos para frenar la diseminación de las superbacterias, que podrían ser derivaciones de la globomicina.